miércoles, 28 de mayo de 2008

LA POLÍTICA SOCIAL DEL ESTADO

La crisis económica que hace sentir sus efectos desde el despuntar de los años 80, sumados a las políticas de ajustes internos, ha incrementado sustancialmente los niveles de desempleo marginal, urbano y rural, y el deterioro de la calidad de vida de importantes sectores de la población. Los efectos de esta crisis refuerzan fenómenos estructurales ya largamente asentados en la gran mayoría de los países de la región y que es parte de estilos de desarrollo impulsados desde la post guerra: desequilibrios demográficos con creciente marginalidad urbana, incapacidad de desarrollo productivo para integrar el empleo formal a los beneficios del crecimiento y del producto a amplios sectores sociales, altos índices de subempleo y heterogeneidad estructural.

Los desequilibrios y perturbaciones macro y micro socio-económicos han afectado sensiblemente la estructura social y la calidad de vida de la población, ya que han actuado como elementos perturbadores del normal desenvolvimiento de las actividades sociales, políticas y económicas, profundizando la brecha separatista de clases, la pobreza y la falta de empleo que constituyen caras de la misma moneda.

Para intentar eliminar esta situación, la economía debiera ser capaz de generar fuentes de trabajo con salarios reales que mejoren la calidad de vida de la población.

En la actualidad existe una población de 23 millones y una fuerza de trabajo de 8.5 millones y, lógicamente sería de esperar que la economía fuera capaz de generar respuesta a esta demanda.

Esta situación pone a prueba la retórica oficial. Hace distinguir entre el discurso y la acción. La política social del Estado se ha caracterizado en el pasado y en el presente por presentarnos diagnósticos de la realidad y programas globalistas, de carácter paliativo.

LA INCOHERENCIA DE GOBERNANTES

Así esta demostrado en el Perú con la incoherencia en el pensar de sus gobernantes, que, mientras pregonan eliminar la pobreza de la población, mejorar la calidad de vida, redistribuir mas equitativamente la riqueza social, hacer armónico el proceso de desarrollo combinando el proceso material y el social; el Estado orienta su accionar a lograr todo lo contrario con estrategias, políticas, programas económicos y financieros divorciados de lo social y expresamente sembradores de miseria y pauperización.

Por consiguiente, el signo perverso y paradójico que asume la política social entre nosotros es el de amortiguador del malestar y del freno a la conflictividad y el estallido social; papeles muy distintos a los de reforma, cambio y transformación social.

Sólo basta transcribir algunos indicadores que objetivizan una realidad peruana enferma, donde la situación de los niños, niñas y las y los adolescentes, no son ajenos a las características de los problemas estructurales. Por ello los indicadores como la tasa de mortalidad infantil y materna, desnutrición, analfabetismo, fecundidad entre otros, registran una brecha constante y de particular magnitud cuando se establecen relaciones por área de residencia, condición social y género.

LAS CONDICIONES DE VIDA DE LOS NIÑOS NIÑASY ADOLESCENTES

Según el INEI, del total de niños y adolescentes menores de 18 años, el 63% viven en extrema pobreza. Y según la encuesta nacional de Niveles de Vida, de cada 4 niños y adolescentes que viven en la zona rural, 3 no pueden cubrir sus necesidades básicas.
La salud de la niñez y la adolescencia se ve afectada. La mortalidad infantil es un indicador global de la falta de bienestar. La primera causa de mortalidad infantil está relacionada con las infecciones respiratorias agudas que registran el 29% y la segunda causa, con las enfermedades diarreicas agudas que representan el 14% de las defunciones. Los resultados de las encuestas afirman que los servicios de salud son de baja calidad y de difícil acceso.

En el Perú, la educación, tiene el gasto per cápita mas bajo de todo el continente, constituyendo de menor prioridad en la agenda política.
Es la institución de servicio más grande del país, ya que atiende doscientos días al año a 6 millones de alumnos en el sistema público, controlando 44 mil centros educativos públicos y 17 mil programas no escolarizados.

Sin embargo, el problema de fondo tiene que ver con los insuficientes recursos destinados al sector educación, con un sistema educacional que no estimula la calidad; debido a que el 93% de los niños, niñas y adolescentes estudian sin textos.
Alrededor de un millón doscientos cincuenta mil alumnos de primaria tienen una edad mayor de la esperada para el grado que cursa.

De otro lado, el porcentaje de profesores intitulados es el mas alto de América latina.
Una educación que poco promueve el acceso de las niñas y las mujeres a una educación de calidad.

Mucho mas grave es la situación de los niños, niña y adolescente que trabajan, asunto incomprendido por la generalidad del sistema educativo.

El trabajo mismo, las condiciones en que se realiza y el medio ambiente laboral pueden atentar contra su desarrollo físico y mental. Al trabajar el niño está sujeto a los riesgos y accidentes ocupacionales, en circunstancias en que generalmente no tienen acceso a los primeros auxilios en el espacio laboral ni a las prestaciones médicas de seguridad Social.

El modelo neoliberal ha incrementado la incorporación de los sectores populares en la estructura del empleo informal, aceptando éstos, las duras condiciones en que debe realizar el trabajo; por ser lo mas importante su sobrevivencia y su resistencia a la crisis.
Sin embargo, el estado no ha sido capaz de diseñar políticas de atención frente al trabajo infantil.

En cuanto a la normatividad, existe un conjunto de dispositivos legales que regulan el trabajo de los niños y adolescentes.

El código del niño y del adolescente señala que el Estado debe brindar protección al menor que trabaja por medio del Ministerio de Trabajo y de Salud, sin perjuicio de los servicios que otros Ministerios organicen.

Prohíben los trabajos peligrosos o nocivos como es el caso de:

· Labores subterráneas en minas o canteras
· Limpieza de maquinas o motores en movimiento
· Fundición de metales, entre otros.

Así también, son prohibidos los trabajos perjudiciales para el desarrollo físico o moral de los niños, niñas y adolescentes que realizan en : bares, lugares de juego y establecimientos similares, los que presten en locales de expendio de bebidas alcohólicas y los que se presten en lugares peligrosos para la salud.

Las jornadas de trabajo excesivas son también objeto de prohibición, debido a que se considera que atentan contra la salud física y mental. Entre las condiciones laborales mínimas figuran la obligación que tiene el empleador de proporcionarle protección frente al despido con pago de indemnizaciones especiales, visitas médicas y documentos probatorios de la condición del menor.

El incumplimiento de la norma supone sanciones y penalidades. Se prevé el ejercicio de la acción popular por la infracción, además de la suspensión del trabajo y multas, así como la perdida de cargos e incluso de la patria potestad.

El cumplimiento de la ley debe constar a través de la exhibición de la relación de trabajadores menores, registros especiales, de libretas en la que se precisen de características del menor y su jornada de trabajo.

Sin embargo, la existencia de resoluciones supremas que reglamentan los servicios de inspección del trabajo de mujeres y menores, los instrumentos legales que regulan el trabajo de los niños, niñas y adolescentes en el Perú son demasiado generales y no se encuentran adaptados a la realidad.

Es necesario incrementar la protección del niño, niña y adolescentes que trabajan, mas aun cuando se constatan modalidades de explotación que pueden no ser perceptibles para el Estado; como lo es por ejemplo el trabajo domestico de las niñas, el trabajo familiar no remunerado, la recolección de basura, el trabajo en las ladrilleras y hornos que afectan su salud y deben realizarse sin ningún tipo de seguridad laboral. Entonces ni la legislación que prohíbe el trabajo en niños menores de 12 años, ni la que protege el trabajo dependiente se cumplen.

No se trata de plantear la abolición del trabajo infantil ni que desaparezca progresivamente, el reto es exigir el cumplimiento de las normas legales e implementar una política nacional que busque los medios más eficaces para proteger a los menores que trabajan y promover su bienestar. Se trata de diseñar propuestas de políticas y de programas a partir de:

· El diagnostico de una realidad laboral del niño en el país y en cada una de las regiones.
· De hacer efectiva y viable la protección de los niños.
· De promover que las instituciones que trabajan con esta población aporten en este diseño y elaboración de propuestas alternativas.

No se concibe a la política social como un derecho que se accede por imperativo de justicia y bien común. Su enfoque esta relacionada a acciones dadivosas de un estado empeñado en continuar con un rol paternalista.

En el país resulta imperativo un cambio en la concepción y en la practica de la Política Social, ya que ésta se concibe como medidas meramente asistenciales que sirven de paliativo a la población frente a las situaciones de crisis económicas y no se comprende que las políticas sociales constituyen en un proyecto político, económico y social para una sociedad determinada. Es la materialización en leyes, programas e instituciones que permitan brindar trabajo, justas remuneraciones que permita al trabajador y su familia satisfacer sus necesidades básicas de salud, alimentación, vivienda, transporte, educación; así como la protección ante las contingencias derivadas de la vida común y de la vida laboral.


A.S. Nancy Gálvez Morote

1 comentario:

michael dijo...

saludos a todos los profes de casadeni y feliz navidad y feliz año nuevo estoy en argentina y grasias a ustedes pude salir adelante